Lo primero que me viene a la mente al pensar en Noticias del gran mundo es emoci�n, intensidad, elegancia y fino humor. Desde la memorable Valor de ley, de Charles Portis, no hab�a disfrutado de una novela tan redonda. De su prosa pulida brota la complejidad de unos personajes de carne y hueso, humanos y animales, en un contexto tan sumamente revuelto como el de la posguerra civil americana. Qu� grandes creaciones son el Capit�n Kidd, antiguo tip�grafo y veterano de dos guerras que han modelado su resistencia sin amargura, y Johana, una peque�a de origen alem�n secuestrada por los indios, que le han arrancado toda su memoria anterior. Estas criaturas, al encontrarse, se revelar�n verdaderas almas gemelas en un Oeste con trazas de patio de monipodio; a pesar de los pesares, forjar�n una alianza que suscita envidia por su autenticidad y su total compromiso en esta historia de individuos donde cada detalle es un gozo para el lector, que se adentra en la epopeya de un viejo que no lo ser� nunca y una ni�a cuya infancia le ha sido arrebatada de manera brutal; nada de correcci�n pol�tica y deber ser, solo afinidades electivas y una soledad disuelta a tiros de diez centavos entre los cascabeleos de una poni coja y el traqueteo infame de un carro de aguas medicinales.

Esta peque�a gran novela �peque�a tan solo por la extensi�n, que se antoja razonable y no desmesurada� se inscribe en la a�eja y f�rtil tradici�n de western crepuscular con ni�o: la ya mencionada Valor de ley, de la que los �nclitos hermanos Coen se podr�an haber ahorrado su particular versi�n �por muy grande que sea Jeff Bridges no le llega al parche al Rooster Cogburn de John Wayne, ni estos hermanos a Henry Hathaway�; Shane, de Jack Schaefer, otra joya literaria y cinematogr�fica; Hondo, de Zane Grey; o Las calles de Laredo, de Larry McMurtry, dentro de la serie Paloma Solitaria que, demos gracias a los hados, pondr� muy pronto entre nuestras manos Valdemar convertida en un volumen de mil p�ginas sin una sola coma de desperdicio.

Se requiere mucho talento para conducir con mano firme una narraci�n asentada en estas relaciones entre perros viejos �y a menudo revirados� y tiernos cachorros. Si sale bien, caso de los t�tulos ya citados, el lector se halla ante un suculento y op�paro banquete; nada mejor que una historia bien construida para el lector hambriento y el escritor escocido en auto referencias. Noticias del gran mundo es una ficci�n y una realidad, deambula por esa l�nea m�gica que a�na verdad y creaci�n y da, como fruto, seres de carne y hueso nacidos del papel y no menos palpitantes que nosotros. Un relato que una desear�a con todas sus fuerzas haber escrito y que propicia infinidad de relecturas, pues siempre se quiere conocer m�s y se encuentra algo nuevo en compa��a de estos bravos de coraz�n, capaces de sortear con su ingenio las adversidades y de gozar de la salvaje sensaci�n de estar vivos mientras devoran bajo la luna unas lonchas de tocino frito. Un logro envidiable, disfrutable e inolvidable.